15/6/09

UNHA MAN DE PINTURA


G.Goloubetsky
Aproveitou a tardiña, cando o sol xa baixara un pouco, para lle dar unha man de pintura á porta de fóra. Todo o mundo insistía en que puxera unha nova, pero ela non se decidía... Aquela porta levaba alí moitos anos e era xa unha vella compañeira; renxíanlle as bisagras como a ela cando había choiva.Ás veces non se decidía a abrir se non era cun pequeno empuxón, ela tamén precisaba de pequenos empuxóns para afrontar algúns días...
Coa cara chea de pingas de pintura e sudorosa mirou a súa obra rematada e sentiuse satisfeita; aínda botaría algunha temporadiña máis.
..................................................................................
A gata tumbada no chanzo da escaleira parecía estar de acordo.

3 comentarios:

jorge dijo...

uno: Cuando dices gato ¿te estas refiriendo al que se esconde detras de la maceta grande?

Hay muchos dias que no viene mal un empujoncito.

Te dire un secreto. Si mi puerta estuviera sin pintar... seguiria asi. Ni la cambiaria, ni la pintaria.

Cosas de todos los dias dijo...

Me encantan las puertas viejas Currun, comence a darles valor despues de un tiempo a las cosas antiguas, a ver mas alla de lo moderno, a sentir la historia de cada cosa antigua que se me cruza.
Yo tampoco la pintaria como dice Jorge, la dejaría asi.
Bss. Buen inicio de martes para ti corazón!

Pintora en curso de reciclaje dijo...

Cuando las manos de pintura se dan sobre puertas, paredes o vivencias que están muy deterioradas o desvencijadas, lo único que conseguimos es cubrir por poco tiempo el problema y, cuando vuelve a aparecer (suele ser pronto), el deterioro aún se muestra de manera más patente.
Por eso, estoy aprendiendo con los años, que ante aquello que siento como deteriorado a mi alrededor o, por qué no decirlo, en mi interior; tengo siempre dos opciones. Una, como dice Bajo mis pies, descubrir y valorar su historia y, po lo tanto mantenerlo.
Otra, decapado + lijado + pintado, para borrar para siempre lo anterior y que lo que consiga sea duradero.
Posiblemente la segunda opción es mucho más trabajosa en todos los sentidos, pero puestos a cambiar y arreglar lo que no funciona a nuestro alrededor,intentemos al menor evitar que las imperfecciones o deterioros aparezcan de nuevo a corto plazo.
Aunque la pereza y las emociones se muestran como una barrera difícil de superar, ¡¡Hay que intentarlo!!
En último caso, cada uno/a debe decidir su propia opción.