La siesta S. Koch
É só un ratiño- díxose, deitou a cabeza sobre o coxín e colleu o mando. Espertou cando , desde a tele, unhas voces berraban sobre alguén que deixara embarazada a outra alguén.
Mirou o reloxo e deu un espirro ao ver a hora que xa era. Tiña unha clase en menos de vinte minutos e a carretera en obras. O amargo do café morno acabou por espertala: calzou os zapatos, colleu os libros e saiu escopetada.
A roda dereita pinchada e o móbil sen batería. Que máis me pode pasar hoxe?
Malhumorada subiu as escaleiras e chamou.
-Non te preocupes, hai quen se encargue da túa clase- dixo unha voz seca desde o outro lado.
Puxo a cargar o teléfono. A roda podía esperar.
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A gata despreguizouse só para acomodarse mellor agora que tiña máis espazo.
3 comentarios:
Como dijo Jorge el post de abajo que no se por que me perdi, yo fantaseo con que tambien entiendo el idioma en el que escribes, al menos puedes estar feliz que lo intentamos.
Nada mejor que una buena siesta para separarse de todos los ruidos del dia.
Bss. Currun y gracias por estar!
Preciosísimo el texto y bellísimo el cuadro. Cada vez resulta más agradable entrar en tu blog. Yo también te dió las gracias por estos momentos de tranquilidad y belleza. y que conste que no lo digo porque de nuevo aparezca el universo gatuno.
Bicos
Evidentamente la rueda puede esperar.
Evidentemente las clases las pueden dar otras personas (quizas no tan bien).
Pero ¿quien mejor que su dueña, puede hacer de colchon a su gato?
Me gusta que use la television para hacer ruido de fondo mientras duerme.
¿Hay una nube por algun lado?
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